### Adolescencia y Salud Mental: Conectando, Estableciendo Límites y Fomentando Hábitos Saludables
- Manuel Velasco
- 10 mar
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 17 mar

La adolescencia es una etapa llena de cambios, emociones intensas y desafíos. Más allá de los cambios físicos y hormonales, se trata de un período en el que se forjan la identidad y las bases de la salud emocional futura. A partir de la conversación con expertos y profesionales, hemos recopilado algunas claves y tips para apoyar el bienestar mental en esta etapa tan crítica.
Conectar desde la Infancia y Consolidar Relaciones de Confianza
Construir vínculos desde temprano: La relación de confianza se construye desde la infancia. Mantener una comunicación abierta y honesta con los hijos es esencial para que, cuando lleguen a la adolescencia, sepan que tienen un espacio seguro para compartir sus inquietudes.
Presencia sin sobreprotección: Los padres deben encontrar el equilibrio entre estar cerca y permitir la independencia. La adolescencia es la “segunda oportunidad” para instaurar hábitos saludables y una comunicación fluida.
Establecer Límites y Fomentar Hábitos Saludables
Control en el uso de redes sociales: Se recomienda establecer límites en el tiempo de exposición digital. Por ejemplo, limitar el uso de redes sociales a un máximo de 4 horas diarias puede ayudar a evitar la sobreestimulación y la ansiedad asociada.
Promover una alimentación equilibrada y actividad física: Una dieta rica en nutrientes, junto con el ejercicio regular, no solo beneficia el cuerpo, sino que también actúa de manera complementaria a tratamientos en caso de que se necesite ayuda con la salud mental.
Fomentar la reflexión y el autoanálisis: Invitar a los adolescentes a cuestionar sus impulsos y a reflexionar sobre sus necesidades emocionales puede ser clave. Esto puede facilitar que comprendan mejor sus emociones y establezcan límites saludables con el mundo que les rodea.
Herramientas para Padres y Educadores
Comunicación activa: Preguntar por el día, escuchar sin interrumpir y evitar respuestas automáticas (“ahora no, ya pasó”) es fundamental para generar un ambiente de respeto y empatía.
Fomentar el diálogo sobre temas profundos: Desde la primera adolescencia, es importante hablar de temas relevantes sin caer en imposiciones. Esto puede incluir desde la autoimagen hasta la gestión de emociones.
Buscar apoyo profesional cuando sea necesario: La terapia, ya sea individual o familiar, puede ser un espacio valioso para trabajar en la regulación emocional y en fortalecer el vínculo entre padres e hijos.







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